Agregó que, de esta manera, los latinoamericanos han podido enfrentar de mejor manera las turbulencias de la economía mundial.
La secretaria ejecutiva de la CEPAL, la mexicana Alicia Bárcena, dijo que el intercambio económico entre América Latina y Asia aumentó en cerca de 33 por ciento en 2007, y que la subregión más favorecida fue América del Sur, que exporta grandes volúmenes de minerales y productos agrícolas a China, India y otras naciones.
La subregión menos beneficiada fue Centroamérica.
La funcionaria presentó este miércoles en Santiago el "Estudio Económico 2007-2008" de la CEPAL.
En rueda de prensa, Bárcena dijo "China seguirá creciendo en 2008 al 10 por ciento o más, y la India tendrá un ritmo menor, aunque recordó que se trata de "países emergentes que representan un mercado muy importante, sobre todo para Suramérica".
Ante una pregunta de Xinhua, Bárcena comentó que, pese a la desaceleración de la economía mundial, "en China no se ha percibido todavía una desaceleración importante en su economía, habiendo bajado de un 11 por ciento de crecimiento en 2007 a un estimado 10 por ciento para este año, la cual es una tasa muy alta".
Señaló que las exportaciones de China podrían bajar porque sus destinos fundamentales son Estados Unidos, Europa y Japón, que concentran el 50 por ciento de sus envíos al extranjero, y ahora esas naciones enfrentan dificultades.
Sin embargo, aseguró que "el mercado interno de China es muy importante, y esto compensa esa baja".
CEPAL dijo en su informe que América Latina y el Caribe han basado su crecimiento entre 2003 y 2007 en una coyuntura externa muy favorable derivada de la expansión de la economía mundial y la liquidez existente en los mercados internacionales de capital.
A ello se agrega "el acelerado proceso de industrialización de los países en desarrollo de Asia, en particular China e India, que ha producido un cambio en la estructura de la demanda mundial" y generó excedentes en la balanza comercial de la región, dijo.
De acuerdo con CEPAL, ante el nuevo escenario, caracterizado por un menor crecimiento mundial y por una mayor volatilidad e incertidumbre en los mercados, la región latinoamericana y caribeña "se encuentran mejor preparadas que antes para enfrentar una situación de este tipo, aunque esto no supone la ausencia de riesgos" .