"La campaña orquestada contra China es como un toque de clarín llamando a degüello para deslucir el merecido éxito del país y su pueblo como anfitriones de los próximos Juegos Olímpicos", indicó.
Castro, de 81 años, subrayó que "el gobierno de Cuba emitió (el 22 de marzo) una declaración categórica de apoyo a China, respecto a la campaña contra ella vinculada al Tíbet".
A mediados de marzo último, Lhasa, la capital de Tíbet, fue escenario de protestas con fines separatistas que alteraron seriamente el orden social y luego se extendieron a otras partes de Tíbet.
Al respecto, Castro enfatizó que el gobierno chino "es sumamente sensible a todo lo que se relaciona con la integridad de su territorio".
Tras asegurar que "China respeta el derecho de los ciudadanos a creer o no creer", el ex mandatario cubano señaló: "Respeto el derecho a creer del Dalai Lama, pero no estoy obligado a creer en el Dalai Lama".
Explicó que "el Dalai Lama, condecorado con la Medalla de Oro del Congreso de Estados Unidos, alabó al presidente norteamericano George W. Bush por sus esfuerzos en favor de la libertad, la democracia y los derechos humanos".
Al comentar el resultado de las elecciones del pasado 23 de marzo en Taiwán, en las que fue elegido presidente Ma Ying-jeou, del partido Kuomintang, Castro dijo que fue "una victoria política y moral de China" y "aleja del poder" al Partido Demócrata Progresista (PDP), que "estaba a punto de dar nuevos y funestos pasos".
"Tengo muchas razones para creer en la victoria china", concluyó Fidel Castro, quien después de casi medio siglo en la dirección de la isla y debido a una severa enfermedad intestinal fue sustituido por su hermano Raúl Castro el pasado 24 de febrero.