La conmovedora historia de un niño que –en un forzado exilio– es criado contra su voluntad por una familia nómada que habita las extensas estepas chinas. A medida que aprende esa forma de vida y acepta sus conflictos internos, crece capaz, libre y feliz en medio de esa cultura basada en la sencillez, la tolerancia y la armonía con la naturaleza. Ya crecido, es nuevamente forzado a abandonar esa tierra adoptiva para regresar a su familia verdadera. Años más tarde, ya un hombre maduro, deja la ciudad para volver a la pradera celestial y a la gente de su infancia, los que han de habitar por siempre en su sensibilidad.
Un canto de amor a la condición humana y un lírico homenaje a la gente de las estepas mongólicas, cuyas creencias y forma de vida se extinguen rápidamente. La belleza visual imponente, las interpretaciones de gran autenticidad y la emotiva banda sonora revelan un exótico y vital relato que conmueve hasta las lágrimas. Compone una trilogía entrañable con Urga de Mikalkov (premiada en el 6º Festival) y La historia del camello que llora de esta edición.